“Al principio Dios creó el cielo y la tierra.

La tierra no tenía forma; las tinieblas cubrían el abismo.

Y el soplo de Dios se movía sobre

la superficie de las aguas.” (Génesis 1:1-2)

 

Desde una perspectiva contemporánea, tomar al pie de la letra los textos de la biblia puede parecer un acto descabellado. Tan solo las primeras líneas del génesis, el primero de los libros del antiguo testamento, nos sugiere la idea de hallarnos frente a un compendio de fábulas que carecen de un sentido lógico u objetivo. Sin embargo, debemos tener en mente que este documento fue escrito hace miles de años, cuando la humanidad se apoyaba en los mitos para explicar la realidad inmediata y orientar la convivencia. Actualmente, su lectura no solo nos permite interiorizar los consejos de la fe católica, sino que también nos hace posible ingresar a un mundo distinto a través de la interpretación.

 

Al contemplar la nueva serie fotográfica de Paul Xiu entramos en una dinámica de diálogo con la interpretación del artista sobre el entorno natural. A diferencia de proyectos anteriores, en “Dialéctica contra la razón” reformula su lenguaje y se enfoca en trabajar una cálida y delicada luz que se abre camino entre las frías tinieblas. Su paso parece detiene el tiempo y pone fin a una ardua y dura batalla de la que solo quedan masas informes, elementos agotados y erosionados, resquisios de cuerpos cuyas tensiones parecen representar el inconsciente primitivo, irracional e iracundo del artista; una faceta que reacciona por instinto, y no por la razón, ante cualquier estímulo. La luz, en esta serie, no alimenta la agresividad de estos entes; por el contrario, cual dulce “soplo divino”, los serena, abriga y protege. En este sentido, enfrentarse a las obras de Paul Xiu es contemplar un acto de redención, un acto que sin duda la razón puede explicar, pero cuyo efecto solo es posible sentir.

Jerson Ramirez
Mayo, 2024.