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2D <-> 3D
Doblez / Despliegue
2017
Individual de Carlos Zevallos
Sala Luis Miró Quesada Garland
Municipalidad de Miraflores
Lima, Perú.
Curaduría y diseño de exposición
Andrea Elera
Jerson Ramirez
Jorge Villacorta (revisión de contenidos)
Actividades
Taller de origami
A cargo de Carlos Zevallos
Sábado 29 de julio
Viernes de mediación
Viernes 4 de agosto
Taller de máscaras
A cargo de Carlos Zevallos
Sábado 19 de agosto
Prensa
Textos curatoriales
La manera en que nos relacionamos aquí, con la obra de arte, refleja el instante económico social y político en el que se ubican nuestros cuerpos. En una sociedad ensordecida por el ruido de la información, donde nuestra conexión con las cosas se ve mediada por las dinámicas del mercado y en la que los intercambios afectivos son restringidos por la inmediatez, el “abandono del cuerpo humano y su consecuente sustitución por otras corporalidades (más técnicas y menos carnales)”. Vamos perdiendo esa sensibilidad ante la fricción que provoca el encuentro frente con el objeto, de aquello que nos conecta al mundo de lo tangible y esencial, nos concientiza sobre la territorialidad de nuestros cuerpos y sobre la presencia del otro.
“La obra de arte como objeto, tiene la capacidad de acumular energía y transferirla” en tanto sobre coja y conecte con el espíritu. Tiene también la capacidad de asentarnos en el mundo y darnos un sentido de realidad como presente aquí y ahora. La obra de Carlos Zevallos representa una búsqueda constante por lograr manifestaciones simbólicas concretas y tangibles que compartan una conciencia de la realidad. El estudio de las proporciones numéricas en la naturaleza y los objetos, así como la indagación en conceptos relacionados a la geometría como sistema de organización del mundo perceptible le ha servido para conectar esta inquietud y búsqueda personal.
Ordenar el vacío, desarmar, volver a construir. Estos ejercicios se caracterizan por utilizar el papel como soporte de sistemas propios de trabajo. Son la exploración del papel y las relaciones geométricas que propician el paso del plano al volumen lo que permite al artista jugar con los estados transitorios del objeto. Propone así, un reconocimiento de lo real y presente como estado en permanente cambio. Es el rastro que deja el pliegue, lo que representa la convivencia de dos dimensiones, plano y volumen, el objeto como repositorio de la acción y del tiempo.
El juego y la exploración de ese estado transitorio / real a partir de las relaciones geométricas así como el uso de proporciones basadas en los números reconocidos por los pitagóricos como sagrados, proveen a los objetos y símbolos creados de un acento místico, cuya energía interactúa con el otro en la búsqueda de esa fricción que lo ubicará en el presente.
Crear, entendiendo que la esencia de las cosas parte de un estado de constante transformación, vincula la obra con el cuestionamiento sobre la representación de la identidad individual y colectiva. El juego y deconstrucción de las proporciones de aquellos símbolos que señalan al artista como parte de una colectividad, institucionalidad, nación, se hacen presentes para lograr una nueva dimensión en la lectura de la obra. La conciencia del cuerpo presente propone un repensar de la realidad hacia la construcción de nuevos sentidos.
Andrea Elera
Presente desde el nacimiento de las primeras manifestaciones artísticas, el empleo y el continuo estudio de la línea, por medio del dibujo, permitió al hombre desplegar un amplio abanico de posibilidades. El sensible y seguro trazo visible en planas representaciones naturalistas sobre abruptos muros como los de las cuevas de Lascaux y Altamira dio paso, conforme el hombre agudizaba más y más la vista, a representaciones tridimensionales en el plano.
Por otro lado, ligada también al uso de la línea, nos encontramos con el nacimiento de la escritura. En la China antigua, por ejemplo, el plasmar conceptos abstractos, en forma de poemas, sobre papel por medio de un pincel y tinta se volverían un arte. Los caligrafistas desarrollaron un dominio tal de estos materiales que les permitió equiparar la belleza espiritual de dichas ideas con la belleza gráfica con la que dotaban su escritura.
Esto sin embargo, no sería gratuito. Bajo los preceptos filosóficos de búsqueda de la paz promulgados por Confucio y Lao Tse, los artistas debían alcanzar un equilibrio mental que les permitiera dominar sus movimiento corporales alcanzando la velocidad y confianza que la tinta requiere. Es en este mismo territorio que nace el arte de doblar papel: el origami. Esta técnica se vale también de la línea para crear volumen. No es la línea dibujada, sino el doblez, la línea que se crea al plegar el papel.
Esta individual de Carlos Zevallos nos aproxima a la versatilidad de la línea sobre y en el papel. La exposición se plantea como la muestra de un proceso de exploración aun no finalizado sobre el permanente tránsito de la línea entre la segunda y tercera dimensión. Distribuidas en la sala se pueden encontrar variados experimentos matéricos. Los óleos y tintas chinas comenzaron como manchas en el papel, manchas que fueron extendiendose en el plano buscando ganar terreno con pasos tímidos y calmados en algunos casos, y con pasos ágiles y enérgicos, en otros, logrando plasmar dos estados característicos del espíritu.
Origamis y esculturas en papel con limpias líneas trabajadas con ayuda de la tecnología se muestran también. Los incontables figuras que surgen al plegar el papel poseen un formato básico del cual pueden resultar muchas otras variantes. Aquí destaca la importancia del trabajo de experimentación de la mano en contacto directo, sin intermediario, con el material lo que le permite comprender la maleabilidad de éste y obtener, así, nuevos resultados.
Zevallos, sin embargo, no es ajeno a su contexto. Es así que en sus obras refleja también temáticas del ámbito local. Se ha apropiado del lenguaje plástico de las técnicas antes mencionadas para compartir inquietudes que parten de situaciones específicas dentro del entorno en el que vive. Problemas ligados a la urbanística, a la política, a la memoria y la identidad son abordados por sus proyectos.
La interacción entre la obra y el espectador demanda bastante del reciento de exposición. Las piezas se hallan rodeadas de amplios espacios, en un recorrido no lineal, espacial y temporalmente hablando, en una representación austera que resalta la intensión de representar la esencia misma. Finalmente, este formato deja ver también, la fragilidad y carácter etéreo propios de la esencia, una esencia que trasciende lo material para fundirse con las emociones del público.
Jerson Ramirez
Fotos
Fotografías descargadas del Flickr de la Municipalidad de Miraflores
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